Tiene Sentido la Etica en las Sociedades Contemporaneas ?
Unidad 2 Tema 4
Fuente: Uribe, Javier
¿Tiene sentido la ética en las sociedades contemporáneas?
¿Tiene sentido la Ética en las sociedades contemporáneas?
Una sociedad se construye sobre la base social, sobre lo que las personas construyen de su propia realidad inmediata, por lo menos en un principio. Esta construcción hace posible una idea, o ideal, de cultura. Luego entonces, no se puede entender sociedad sin una construcción propia, especifica, delimitada y enmarcada de cultura. Aunque en la actualidad, se ha transformado de una forma radical y, crear una nueva definición de sociedad y cultura sería plausible e imperativa.
Cultura, ya no es solamente aquello que partía del simple uso creando un modo de hacer las cosas, estableciendo un hábito (individual) posibilitado a través de órdenes. Esta individualidad crea la costumbre colectiva, que va definiendo las normas sobre las cuales se apoya el código, en muchos casos, jurídico. Cultura es algo mucho más que esto. Estos conceptos componentes de la cultura, construyen los valores que rigen la sociedad.
Este cambio – de definición de cultura- ha sido posible al acortamiento de las distancias (físicas, políticas, religiosas, económicas, etc.) entre los grandes y pequeños grupos humanos (por no decir sociales). Acortamiento ocasionado y, más ahora, por el gran desarrollo de la tecnología (comunicativa, industrial, farmacéutica, militar, etc.) en otros términos con timbres de académico, lo que llamamos globalización.
Creo que el mejor ejemplo para poder entenderla es por medio del chiste, que hace que las cosas que no siempre son positivas para un grupo, suenen menos dramáticas.
La globalización, trajo consigo numerosos cambios. (Aunque este cuento no es del siglo XX o XXI, desde la conquista de América, el mundo tuvo conciencia de globo, y empezó el increíble contacto cultural. Mirémonos: hablamos un idioma europeo, contamos con números arábigos, nos vestimos como los europeos, nuestras costumbres son una mezcla de todas las culturas que llegaron a nuestras costas. Desde hace unos 500 años vivimos un proceso de globalización un poco desordenado). Ya no vivimos en un país, sino en una aldea global que sería la suma de todos los países, bajo un criterio unificado. Eso creo, pero cuál?. En la que corremos el riesgo de volvernos amnésicos de nuestro pasado, que es lo que somos. La ilusión de la globalidad puede hacer el mundo tan pequeño como la pantalla del computador, en el que cada enlace sería cada uno de los pueblos, pero desdibujado y mirado con ojos que no son los propios.
Pero y ¿qué esta en juego?. Me arriesgo a mencionar varios aspectos, no en un orden sistemático, pero los que yo creo que están en juego; sin olvidar que la globalización supone cambios (todo cambio supone riesgos) de orden económico, social, cultural, político, religioso, etc.
Primero la globalización –postmodernidad o sociedad del conocimiento- hacen del hombre y la mujer serviles de los mas media, esclavos favoritos de las grandes cadenas de producción. Han des-organimizado su cuerpo y lo han vuelto cultural. Es objeto entonces, de los devenires de la trivial moda estética. Ya no es algo para alimentar, vestir, proteger del clima, sino para exhibir, rediseñar y exponer a cuanto a elixir promete la perfección –no natural, por lo demás-. Segundo, el límite entre lo público y lo privado se ha diluido por la invasión de los medios. Ha creado una nueva forma de ser, de definirse y de concebirse. Los estándares comerciales son ideales a conseguir. Nada es tan privado que no se pueda conocer y lo público debe volverse de dominio general para que se califique de público. Mis acciones no tienen trascendencia si están enmarcadas en lo general, en lo público, me confundo entre las demás. La vanalidad del hombre y la mujer actual, o mejor el hombre o mujer de la cultura de lo light. En el que los objetivos o metas se alcancen bajo la ley del menor esfuerzo. Si se quiere bajar de peso usamos el bisturí. Los valores se han desdibujado y se ha entrado en la creencia de que los actos son individuales y no están inmersos en la amplia red social -¿o redes?-.
Este nuevo mundo con pretensiones de globalizarse, enfrenta a la humanidad a otro tipo de retos, que ya no han de remitirse a su pequeño núcleo social sino que tienen que estar acordes con la problemática global. Ya no somos una aldea limitada físicamente, estos límites se han roto gracias a lo virtual. Este mundo global hace que la ética se transforme y supere el lastre local, lo trascienda, pero no sólo ha de trascender esto, sino como argumenta Singer (2002): "La ética nos exige trascendery para llegar a la ley universal, el juicio universalizable, el punto de vista del espectador imparcial u observado ideal…" y, ¿qué nos hace más fácil esta tarea? Pues la globalización. La construcción de una gran cadena de sociedades contemporáneas a través de un amplio dialogo que consulte la particularidad cultural para crear una cultura mundial.
Savater (1999) menciona: "El secreto de las sociedades estables es que son sociedades en las que la mayoría de los socios ve claro que saca más comportándose dentro de las leyes y dentro de la sociedad que oponiéndose a ella".
Una sociedad que se mantiene en unidad, es una buena señal de que lo básico no se ha perdido. La ética es aquello que permite que una sociedad construya elementos básicos sobre los que esta pueda soportar y crear normas de relación. Estas normas nos hacen sociales, nos hacen humanos. La sociedad nos permite construirnos como humanos, como personas. Es decir, en tanto que trato a los otros como humanos, me hago humano a mi mismo. Y esto, nos lleva a argumentar que necesariamente somos sujetos dependientes de los otros.
La ética trasciende a la misma sociedad (local o global), se inserta en ella misma y penetra todos los estamentos que la constituyen. Si consideramos esto, es racional pensar que la ética tiene cabida en la nueva sociedad o en las sociedades contemporáneas. Pensemos: un hombre para poder ser reconocido como tal, en cualquier sociedad, debe comportarse bajo el esquema ético aceptado, sino es expulsado. Es aquí en donde el proceso de globalización puede tener dificultades, ya que la ética es el reflejo de lo que ocurre en una sociedad particular. Dice Gutiérrez, en su ensayo: "cada sociedad posee una ética que le es propia y que se difunde por todos sus mecanismos de socialización, sobre la que, científicamente no pueden emitirse juicios de valor, sino interpretarse tal como es, a fin de intentar establecer las causas del comportamiento". Es decir, aunque existan criterios universales, la localidad y la construcción sobre lo que es permitido y no, se puede ver confrontada con los de la sociedad que globaliza su cultura, que exige romper los lazos del pueblo con su territorio.
¿Tiene sentido la ética en las sociedades contemporáneas?. Sí visualizamos la ética como un proceso en el que todos son interlocutores válidos, en donde las razones y las decisiones se pueden discutir y confrontar con los otros, con el pasado con las demás sociedades, con el mundo, pero sobre todo con nosotros mismos, si tiene sentido. Úsese tal o cual forma de ‘practicar’ la ética, esta deberá responder a los nuevos retos del mundo, a los retos que impone la globalización. Estos retos, sociales, serán posibles de abordar de una forma adecuada sin menoscabo de la particularidad cultural, con un comportamiento ético.
Fuente: Uribe, Javier
¿Tiene sentido la ética en las sociedades contemporáneas?
¿Tiene sentido la Ética en las sociedades contemporáneas?
Una sociedad se construye sobre la base social, sobre lo que las personas construyen de su propia realidad inmediata, por lo menos en un principio. Esta construcción hace posible una idea, o ideal, de cultura. Luego entonces, no se puede entender sociedad sin una construcción propia, especifica, delimitada y enmarcada de cultura. Aunque en la actualidad, se ha transformado de una forma radical y, crear una nueva definición de sociedad y cultura sería plausible e imperativa.
Cultura, ya no es solamente aquello que partía del simple uso creando un modo de hacer las cosas, estableciendo un hábito (individual) posibilitado a través de órdenes. Esta individualidad crea la costumbre colectiva, que va definiendo las normas sobre las cuales se apoya el código, en muchos casos, jurídico. Cultura es algo mucho más que esto. Estos conceptos componentes de la cultura, construyen los valores que rigen la sociedad.
Este cambio – de definición de cultura- ha sido posible al acortamiento de las distancias (físicas, políticas, religiosas, económicas, etc.) entre los grandes y pequeños grupos humanos (por no decir sociales). Acortamiento ocasionado y, más ahora, por el gran desarrollo de la tecnología (comunicativa, industrial, farmacéutica, militar, etc.) en otros términos con timbres de académico, lo que llamamos globalización.
Creo que el mejor ejemplo para poder entenderla es por medio del chiste, que hace que las cosas que no siempre son positivas para un grupo, suenen menos dramáticas.
La globalización, trajo consigo numerosos cambios. (Aunque este cuento no es del siglo XX o XXI, desde la conquista de América, el mundo tuvo conciencia de globo, y empezó el increíble contacto cultural. Mirémonos: hablamos un idioma europeo, contamos con números arábigos, nos vestimos como los europeos, nuestras costumbres son una mezcla de todas las culturas que llegaron a nuestras costas. Desde hace unos 500 años vivimos un proceso de globalización un poco desordenado). Ya no vivimos en un país, sino en una aldea global que sería la suma de todos los países, bajo un criterio unificado. Eso creo, pero cuál?. En la que corremos el riesgo de volvernos amnésicos de nuestro pasado, que es lo que somos. La ilusión de la globalidad puede hacer el mundo tan pequeño como la pantalla del computador, en el que cada enlace sería cada uno de los pueblos, pero desdibujado y mirado con ojos que no son los propios.
Pero y ¿qué esta en juego?. Me arriesgo a mencionar varios aspectos, no en un orden sistemático, pero los que yo creo que están en juego; sin olvidar que la globalización supone cambios (todo cambio supone riesgos) de orden económico, social, cultural, político, religioso, etc.
Primero la globalización –postmodernidad o sociedad del conocimiento- hacen del hombre y la mujer serviles de los mas media, esclavos favoritos de las grandes cadenas de producción. Han des-organimizado su cuerpo y lo han vuelto cultural. Es objeto entonces, de los devenires de la trivial moda estética. Ya no es algo para alimentar, vestir, proteger del clima, sino para exhibir, rediseñar y exponer a cuanto a elixir promete la perfección –no natural, por lo demás-. Segundo, el límite entre lo público y lo privado se ha diluido por la invasión de los medios. Ha creado una nueva forma de ser, de definirse y de concebirse. Los estándares comerciales son ideales a conseguir. Nada es tan privado que no se pueda conocer y lo público debe volverse de dominio general para que se califique de público. Mis acciones no tienen trascendencia si están enmarcadas en lo general, en lo público, me confundo entre las demás. La vanalidad del hombre y la mujer actual, o mejor el hombre o mujer de la cultura de lo light. En el que los objetivos o metas se alcancen bajo la ley del menor esfuerzo. Si se quiere bajar de peso usamos el bisturí. Los valores se han desdibujado y se ha entrado en la creencia de que los actos son individuales y no están inmersos en la amplia red social -¿o redes?-.
Este nuevo mundo con pretensiones de globalizarse, enfrenta a la humanidad a otro tipo de retos, que ya no han de remitirse a su pequeño núcleo social sino que tienen que estar acordes con la problemática global. Ya no somos una aldea limitada físicamente, estos límites se han roto gracias a lo virtual. Este mundo global hace que la ética se transforme y supere el lastre local, lo trascienda, pero no sólo ha de trascender esto, sino como argumenta Singer (2002): "La ética nos exige trascender
Savater (1999) menciona: "El secreto de las sociedades estables es que son sociedades en las que la mayoría de los socios ve claro que saca más comportándose dentro de las leyes y dentro de la sociedad que oponiéndose a ella".
Una sociedad que se mantiene en unidad, es una buena señal de que lo básico no se ha perdido. La ética es aquello que permite que una sociedad construya elementos básicos sobre los que esta pueda soportar y crear normas de relación. Estas normas nos hacen sociales, nos hacen humanos. La sociedad nos permite construirnos como humanos, como personas. Es decir, en tanto que trato a los otros como humanos, me hago humano a mi mismo. Y esto, nos lleva a argumentar que necesariamente somos sujetos dependientes de los otros.
La ética trasciende a la misma sociedad (local o global), se inserta en ella misma y penetra todos los estamentos que la constituyen. Si consideramos esto, es racional pensar que la ética tiene cabida en la nueva sociedad o en las sociedades contemporáneas. Pensemos: un hombre para poder ser reconocido como tal, en cualquier sociedad, debe comportarse bajo el esquema ético aceptado, sino es expulsado. Es aquí en donde el proceso de globalización puede tener dificultades, ya que la ética es el reflejo de lo que ocurre en una sociedad particular. Dice Gutiérrez, en su ensayo: "cada sociedad posee una ética que le es propia y que se difunde por todos sus mecanismos de socialización, sobre la que, científicamente no pueden emitirse juicios de valor, sino interpretarse tal como es, a fin de intentar establecer las causas del comportamiento". Es decir, aunque existan criterios universales, la localidad y la construcción sobre lo que es permitido y no, se puede ver confrontada con los de la sociedad que globaliza su cultura, que exige romper los lazos del pueblo con su territorio.
¿Tiene sentido la ética en las sociedades contemporáneas?. Sí visualizamos la ética como un proceso en el que todos son interlocutores válidos, en donde las razones y las decisiones se pueden discutir y confrontar con los otros, con el pasado con las demás sociedades, con el mundo, pero sobre todo con nosotros mismos, si tiene sentido. Úsese tal o cual forma de ‘practicar’ la ética, esta deberá responder a los nuevos retos del mundo, a los retos que impone la globalización. Estos retos, sociales, serán posibles de abordar de una forma adecuada sin menoscabo de la particularidad cultural, con un comportamiento ético.
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